Antes que nada, gracias a la escuela y a los profesores, y a los
integrantes de este intercambio por haber permitido realizar esta
hermosa experiencia, las despedidas siempre son tristes pero estoy
tranquilo conmigo mismo por que di a todos lo mejor de mi, y sé que cada
uno de ustedes se lleva una pequeña parte de mi corazón a Francia, y
es lo mas bello y preciado que les puedo dar.
Cada vez que vea el color
rojo blanco y azul, cada vez que coma una crepa un queso, una copa de
vino, trataré de no llenarme de lágrimas y solo pensar en los hermosos y
bellos momentos que tuvimos juntos.